Es importante no confundir la uña de gato que se utiliza como planta medicinal (Uncaria tomentosa), de otra especie (Carpobrotus edulis) con el mismo nombre común, pero sin usos terapéuticos conocidos. La Uncaria, dentro de las plantas medicinales, recibe también los nombres de garabato, uña de gavilán, rangaya o samento.
Uña de gato: la planta
La Uncaria tomentosa es una planta enredadera de la familia de las rubiáceas, muy común en la selva amazónica, aunque también puede plantarse en otras tierras. Su nombre, (procedente del término latín uncus: gancho), se debe a los pequeños apéndices que utiliza para unirse a otras plantas y crecer hacia arriba. Puede alcanzar los 15 metros de altura.
Su tallo es fino y leñoso. Las hojas se distribuyen en pares opuestos y tienen forma ovalada. Justo por encima de sus inserciones en el tallo brotan los ganchos que se aferran a las otras plantas. Los principales compuestos medicinales se extraen de la raíz y la corteza.
Propiedades de la planta y usos medicinales de la uña de gato
La uña de gato es una de las plantas que curan que lleva siglos siendo utilizada por los indígenas del Amazonas, como las tribus amueshas y ashánincas. Numerosos ensayos clínicos han confirmado en los últimos años los beneficios de estas plantas medicinales.
Destaca por su riqueza en alcaloides, muy eficaces como antiinflamatorios. De este modo, suele utilizarse para paliar y prevenir los dolores de enfermedades óseas, articulares y musculares con una gran incidencia en la sociedad actual, como la artritis reumatoide o la artrosis.
También está indicada para mejorar problemas digestivos (colitis o úlceras), regular el ciclo menstrual, combatir síntomas de debilidad general (síndrome de la fatiga crónica).
La uña de gato suele ser consumida en forma de infusión. Sus raíces y corteza se secan y se envasan para su comercialización. Debes saber que, actualmente, es una de las plantas medicinales más utilizadas en el mundo.