Estas plantas medicinales están muy presentes en la cultura popular de Galicia, donde podrás encontrarlos con facilidad ya que son muy abundantes. Desde hace siglos el tojo es utilizado en ganadería y en agricultura: como lecho en las cuadras para mantener secos a los animales y también para mezclar con el estiércol. Suele ocupar grandes extensiones de terreno que, en la época de floración, cubren los bosques de un manto amarillo.
El tojo, entre las plantas que curan
El tojo (Ulex europaeus) es de origen europeo y pertenece a la familia de las leguminosas. Lo encontrarás presente también en amplias zonas de Sudamérica, donde se conoce como retamo espinoso o espinillo debido a sus puntiagudas hojas.
Presenta un tallo robusto y un ramaje fuerte y denso. Puede alcanzar los cuatro metros de altura. Debido a su voracidad, impide el crecimiento de otras especies en sus zonas de hábitat. Cuando las ramas inferiores mueren, sirven como nutriente para el suelo. El tojo es un gran fijador de nitrógeno en el suelo.
Posee flores de color amarillo, de entre uno y dos centímetros, que brotan durante la primavera.
Propiedades y usos del tojo
Este tipo de plantas que curan contienen un compuesto denominado citisina, un alcaloide utilizado habitualmente para el tratamiento del tabaquismo. Varios ensayos clínicos han demostrado que la citisina mejora el síndrome de abstinencia de la nicotina en los doce meses siguientes a dejar de fumar.
La mayor concentración de citisina se encuentra en las semillas. Estas deben extraerse y colocarse en recipientes herméticos hasta que sequen, para que no pierdan sus principios activos, y luego utilizarse en infusiones. Es recomendable tomar estos preparados tres veces al día, después de cada comida.
Además, sus flores contienen ulexósido, un glucósido indicado para tratar enfermedades del hígado.
Son, por tanto, un tipo de plantas medicinales muy utilizadas.