La primavera, además de ser una estación maravillosa por sus floridos colores, es una de las muchas plantas medicinales que existen. Su nombre se debe precisamente a su florecimiento, que se realiza al principio de esta estación. Sus propiedades son numerosas, así que le encontrarás mucha utilidad.
Primavera (Primula vulgaris)
La primavera forma parte de las primuláceas, una familia de plantas perennes. Existen más de quinientas especies de primaveras, y suelen crecer en el Hemisferio norte.
Algunas especies pueden llegar a superar los cuarenta centímetros de altura. Las flores, según la planta, tienen múltiples colores y tamaños, pero coinciden en que todas poseen cinco pétalos.
Aunque no aguanta temperaturas extremas, puede soportar interiores, convirtiéndose en una buena decoradora del hogar.
La primavera, una de las plantas que curan
A pesar de poder ser tóxica, su consumo moderado evitará efectos secundarios gastrointestinales, además de posibles mareos. Al tacto directo con la planta fresca, puede aparecer una leve dermatitis; para evitar eso, se recomienda comprarla en herbolarios.
Por sus propiedades, se puede usar para afecciones respiratorias, hasta para tratar distintos dolores:
- Es un excelente diurético, lo que permite también cuidar los riñones y mantener una presión arterial controlada.
- Trata los problemas respiratorios que se suelen dar en el asma, la bronquitis y la gripe. Entre una a dos infusiones por día se puede ingerir.
- Su poder calmante para el dolor hace de la primavera apta para el tratamiento de neuralgias, artritis y diferentes problemas óseos.
- Ayuda a la circulación, beneficiando a los pacientes que sufren gota o reuma articular. En estos casos, se debe aplicar sobre las zonas afectadas, en forma de infusión o ungüento.
Las plantas medicinales han ayudado a los seres humanos desde sus orígenes. Plantas y hombres forman parte de la naturaleza, por eso es normal que se encuentren para ayudarse ambos en la supervivencia.