Las plantas medicinales son fundamentales para poder mantener un estado de salud que permita afrontar enfermedades de diversa índole. En un alto número de ocasiones, se suelen tomar en preparados o cápsulas que se adquieren en establecimientos especializados. Para lograr más beneficios y abaratar costes sería conveniente pensar en la posibilidad de cultivar estas plantas en casa y poder disfrutar de sus innegables beneficios.
Plantas que curan en tu jardín o en tu terraza
Un elevado porcentaje de las plantas medicinales nace de forma silvestre. El clima de nuestro país es idóneo para poder cultivar en casa hasta veintidós de ellas sin el menor problema. Ahora bien, hay que tener en cuenta los siguientes factores:
- Tipo de luz que recibe tu jardín o terraza. Dependiendo de las horas de sol que recibas, así tendrás que escoger las plantas que vayas a sembrar. Informándote podrás conocer aquellas que aceptan mejor el sol, las que prefieren la sombra o las que necesitan una mayor cantidad de agua para crecer correctamente.
- Tipo de suelo que vas a utilizar. Como te hemos indicado, estas plantas suelen crecer fácilmente con independencia del tipo de tierra que utilices. La estándar es más que adecuada al ser más importante la cantidad de humedad, o su ausencia, que la base sobre la que crezcan.
- Drenaje. Es el punto clave para lograr el éxito. Un buen drenaje permitirá que las raíces crezcan de forma correcta y sin pudrirse. Recuerda que es en esta parte de la planta donde se concentra un mayor número de propiedades. Sería aconsejable usar algunas piedras en el fondo del recipiente donde vayas a sembrar para evitar el exceso de agua.
Cuándo y dónde sembrar las plantas que curan
Dependiendo del espacio del que dispongas, así habrás de tomar tu decisión. Si tienes un jardín es más sencillo seleccionar la zona más adecuada para el tipo de plantas que hayas seleccionado. Si vives en un piso normal y dispones de una simple terraza podría serte de utilidad el siguiente consejo.
Siembra siempre a distintas alturas. Puedes usar todo tipo de recipientes para el cultivo, pero recuerda que has de ir colocándolos a distintos niveles. Así aprovecharás mejor el espacio y conseguirás que cada planta reciba la luz, y el aire, que necesita. Intenta no caer en el error de pensar que todas las plantas que siembres necesitan lo mismo. Cada una de ellas es distinta y merece una atención diferente.
La cocina, siempre que se tenga el huerto en una zona alejada de fuentes de calor, o el interior de la casa son espacios adecuados para crear tu huerto medicinal. De hecho, en invierno es más adecuado que las plantas crezcan en una zona con mucha luz antes de que sufran los rigores del frío. Recuerda sacar las plantas al exterior durante la primavera y el verano para que crezcan de forma más saludable y natural. No temas por los efectos del sol sobre las mismas, estas plantas se caracterizan por ser muy resistentes y por soportar cualquier tipo de clima.
La siembra ha de hacerse evitando julio y agosto por las elevadas temperaturas. El resto del año, dependiendo siempre de tu elección, es una época propicia para conseguir que tus plantas agarren y vayan creciendo de forma natural. Siempre hay que tener presente que lo que intentamos conseguir es cultivar plantas silvestres en casa. A mayor libertad de crecimiento, mayor posibilidad de éxito.
Cuidados fundamentales de las plantas medicinales
El riego
Al ser de origen silvestre, estas plantas se adaptan muy bien a todo tipo de condiciones meteorológicas. En algunos casos son capaces de aguantar largas temporadas sin agua amoldándose así a temperaturas elevadas o a periodos de sequía. En casa puedes regarlas una vez a la semana. En estaciones lluviosas deja que la naturaleza haga su trabajo. El resultado será más satisfactorio.
El abono
Lo venimos exponiendo, estas plantas no necesitan ayuda extra para conseguir crecer correctamente. El uso de productos químicos podría afectar a sus propiedades de forma directa y no buscamos, precisamente, este efecto. Se aconseja abonar, ligeramente, una vez al año como mucho. El uso de abonos de origen natural es obligado si pretendemos conseguir que las propiedades de las plantas sembradas sigan intactas.
Limpieza de las macetas
Estas plantas tienen como característica principal que suelen favorecer el crecimiento de las malas hierbas a su alrededor. Es fundamental limpiar, de manera recurrente, cada maceta para conseguir que cada planta crezca de forma sana. Se aconseja, igualmente, cambiar la tierra de cada planta cada año para renovar el terreno y favorecer su correcto crecimiento.
Poda
Para mantener tus plantas en perfecto estado es útil conocer estos consejos:
- Solo has de cortar las hojas sueltas y la punta de los brotes. De esta manera, garantizas una mayor frondosidad y un mejor crecimiento.
- Plantas con tallo débil -como la menta o la melisa- han de ser cortadas con sumo cuidado y sin excesos de corte que pudieran dañarlas.
Esquejes
Antes de la recolección es necesario seleccionar aquella parte de la planta que presenta una mayor fortaleza. Tras cortar ese tallo por debajo del nudo se retiran las hojas y yemas inferiores, se conservan las superiores. Se siembra en una maceta y se espera a que crezca correctamente. Así se consigue crear otra planta sin usar semillas. Esta operación hay que llevarla a cabo preferiblemente en primavera.
Recolección
Al sembrar distintos tipos de plantas resulta casi imposible determinar una fecha exacta para la recolección de todas ellas. Se recomienda no llevarla a cabo en meses de lluvia. Dependiendo de la parte de la planta que se vaya a utilizar, se aconseja lo siguiente:
- Hojas. Hay que recolectarlas justo antes de la floración de la planta. Es en este momento cuando presentan un aspecto más interesante y cuando acumulan un mayor número de nutrientes y propiedades curativas.
- Frutos. En algunos casos se necesita el fruto en un óptimo punto de madurez para su uso tópico. En otros es preferible recolectarlo más maduro para la preparación de jarabes y similares. A mayor tiempo de maduración, mayor concentración de propiedades y mayor efectividad.
- Raíces. Han de recolectarse siempre a final del otoño. En esta época del año presentan una textura más adecuada para su posterior tratamiento. Recuerda que se usarán, en muchas ocasiones, molidas -idóneas para cataplasmas- o cocidas por lo que a mayor densidad, mejores resultados.
Conservación de plantas medicinales cultivadas en casa
Tras la recolección llega el momento más importante de todo el proceso. La correcta conservación de las plantas medicinales es fundamental para que mantengan sus propiedades y para que sean de utilidad. Las dos opciones siguientes son las más prácticas:
- Secado. El tradicional pasa por hacer un pequeño ramillete de la misma planta, atarlo bien en su base y colgarlo bocabajo a cierta altura. La temperatura máxima de la estancia donde se lleve a cabo esta operación no ha de ser superior a los 35 grados. En caso contrario, las plantas perderán parte de su efectividad. Si se prefiere, se puede usar el horno, sin sobrepasar la antedicha temperatura, con la puerta un poco abierta. Cuando las hojas estén crujientes podrán almacenarse en tarros herméticos para su posterior uso.
- Congelación. Hay una larga serie de este tipo de plantas (melisa, menta, orégano, alcaravea, etc.) que pierden en el secado todas sus propiedades. En este caso se aconseja la congelación para su perfecta conservación. Tras descongelarlas podrás preparar lo que sea necesario para aprovechar mejor todas las propiedades de este tipo de plantas.
Usos de las plantas medicinales cultivadas por nosotros
Dependiendo de cada necesidad, y de cada planta, el uso que se le dé a lo recolectado incidirá directamente en el estado de salud de cada persona. Para conseguir obtener el mejor resultado posible es necesario informarse previamente y comenzar a preparar infusiones, cocciones, jarabes, cataplasmas y similares que podrás tener siempre a mano en tu propia casa.
Planta en tu casa las plantas que curan y tendrás un botiquín natural
La ventaja de poder disponer de una farmacia natural en nuestra propia casa es un lujo a nuestro alcance. El uso de plantas que curan es tan ancestral como necesario para hacerles frente a síntomas de enfermedades de diversa índole. Esta cultura supone también una labor de investigación muy interesante para escoger qué vamos a sembrar dependiendo de nuestras necesidades futuras.
Los resultados son impresionantes. Tener en nuestra despensa botes llenos de plantas que pueden ayudarnos a superar muchas enfermedades es posible. Solo se necesita un poco de paciencia, amor por las plantas, y ganas de mejorar la salud de forma natural y progresiva.
El uso de plantas medicinales en cualquiera de sus formas -infusiones, cataplasmas y similares- es sinónimo de salud, de evitar efectos secundarios y de proteger nuestro aparato digestivo de la mejor manera. Los efectos de estos preparados pueden ser más lentos, pero son mucho más efectivos, y duraderos, a largo plazo. Una simple infusión, hecha a base de varias plantas podría evitar, por ejemplo, resfriados o gripes de forma natural. Tras haber convertido tu terraza en una farmacia natural conseguirás la satisfacción de haber logrado crear un espacio lleno de salud para la eficiente protección de toda tu familia y amigos.