La bardana es una de las plantas medicinales más usadas desde la antigüedad para el alivio y tratamiento de infinidad de dolencias por sus virtudes desintoxicantes, antibacterianas y antiinflamatorias. También se utiliza en fórmulas depurativas y como apoyo esencial en el cuidado de la piel.
¿Cómo es la bardana?
La bardana es una planta originaria de Europa. Crece en márgenes de riberas, en caminos, barrancos y descampados. Puede llegar a medir dos metros y tiene grandes hojas alargadas. Sus flores son de tamaño pequeño, de color violeta y están rodeadas de una especie de envoltorio espinoso. Se utiliza tanto la raíz como las hojas y la semilla.
Propiedades y usos de la bardana, una de las plantas que curan
La bardana posee, entre otros compuestos, inulina, ácidos fenólicos, taninos, sales minerales y fitoesterol. Es antiséptica, antibacteriana y antibiótica. Pero también es diurética, laxante, depurativa, antiinflamatoria y cicatrizante.
¿Para qué se utiliza la bardana como planta medicinal?
Por sus propiedades, la bardana es una de las plantas medicinales con más usos, entre ellos destacan:
- Tonifica el hígado y estimula la producción de bilis, ayudando a la digestión.
- Evita la formación de cálculos de vesícula o riñón.
- Mejora los síntomas de reuma y artritis.
- Es una de las plantas que curan afecciones en la piel. Es un aliado contra el acné, eccemas y herpes.
- Alivia el dolor de garganta y ayuda a recuperarse de catarros.
- Alivia las molestias de la ciática.
- Ayuda en el tratamiento de cistitis, nefritis e infecciones urinarias.
- Con la raíz se pueden hacer infusiones para tomar y tónicos para tratar la piel. Las hojas se pueden triturar para hacer ungüentos.
No se aconseja el uso de la bardana en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni en niños menores de dos años, siendo estas algunas de las contraindicaciones de estas plantas medicinales, de uso común y con más propiedades beneficiosas para el organismo.